Sinceramente,
lo veía venir. Es un hecho muy repetido en la historia moderna: el que vende la
moto acaba pagándolo. Madrid y Barcelona, los 2 super equipos de Europa,
capaces de marcar goles como churros y de practicar el fútbol champán, han sido
eliminados de la Champions League. Eran los favoritos, no sólo en las
semifinales, sino también antes de empezar la competición, pero el exceso de
confianza y el hecho de subestimar al rival han conseguido lo que ha pasado,
que la final sea Bayern de Munich – Chelsea.
El
Barsa lo tuvo hecho. Ponerse con 2 – 0 a favor contra un equipo con 10
jugadores suele ser garantía de éxito. Sin embargo, un desajuste en la zaga
blaugrana permitió el gol de Ramires justo antes del descanso. A partir de ahí,
el fútbol preciosista del Barcelona chocó una y otra vez contra la muralla del
londinense.
Eso
si, los de Di Matteo tuvieron una suerte que ni se lo creen: Messi falla un
penalty, tira una vez al palo, el gol anulado esta bien señalado, aunque es tan
justo que podría haberse pitado lo contrario…todo eso, en un partido normal,
hubiese significado una victoria culé por 4 – 1. Sin embargo, el deporte rey
tiene estas cosas, juegas de maravilla y sólo te puedes acordar de las
ocasiones falladas y los 23 disparos efectuados en Stamford Bridge sin premio
alguno.
El
Chelsea es un gran equipo, merecedor de su plaza en la final pero, como dijo
Torres al terminar el partido de vuelta, ellos hicieron lo que tenían que
hacer, que era marcar y defender. El Barsa no lo hizo y ha pasado lo que ha
pasado: el Chelsea a la gran final de Munich.
Eso
si, destaco la actitud de Terry, y no lo hago en el buen sentido. ¿Cómo se
puede explicar que, un tío tan bueno y experimentado como el, sabiendo lo que
se jugaba sobre el césped y ante la magnitud del rival, hiciera lo que hizo?
Una agresión totalmente absurda e infantil a punto estuvo de costarle la
eliminatoria a su equipo. No es la primera vez que la cabeza de este central le
juega una mala pasada a su equipo y, aunque hayan pasado a la final, el Chelsea
debería tomar medidas, no pueden permitirse el lujo de que se le vaya otra vez
la pinza.
Lo
del Madrid es diferente. La moral que da ganar en el Camp Nou y tener la liga
casi atada hacia que en Chamartín pensaran cuantos goles le iban a meter al
Bayern. A los 15 minutos de partido ya iba 2 – 0, lo tenía todo para llegar a
la finalísima. Sin embargo, había dos cosas con las que no se contaba: que el
Madrid no iba a ser el que se esperaba y que enfrente se encontrase un gran
equipo.
Lo
he escrito en alguna ocasión y me reafirmo en mis ideas, el Real Madrid no me
inspira nada. Ayer fue algo parecido a lo que siento del equipo merengue
durante toda la temporada. Es un equipo que juega bien, muy bien posicionado en
defensa y rápido y letal en los contragolpes. Pero si le quitas la pegada
arriba y le añades un fallo en defensa(Pepe se come a Mario Gómez en el
penalty) te sale un partido así. Y, aún siendo un partido más bien flojo de los
merengues, ganaron el partido y llegaron a los penaltis.
De
todos modos, hay que felicitar al Bayern por su partido. Ir perdiendo 2 – 0 en
el Bernabeu y sobreponerte es una tarea francamente difícil. Además, fueron
ellos los que más peligro generaron y los que llevaron la voz cantante a partir
del 2 – 1.
En
la prorroga no es que pasara gran cosa, solo se veía a dos equipos fundidos
físicamente y una tarjeta amarilla bien sacada a Granero por simular un
penalty. La eliminatoria iba a decidirse desde los once metros y ya se sabe que
eso es una lotería.
Cuando
uno falla un penalty no se sabe si es fallo del que lo tira o acierto del
portero. Yo siempre digo que un penalty bien tirado es imparable, mientras que
la mayor de las estiradas nunca te asegura el paradón del siglo. El Madrid tiene
especialistas de sobra en la materia: Cristiano, Kaka y Ramos han marcado goles
de falta, unos más y otros menos, pero han demostrado que saben disparar. Ayer
fallaron los tres. Si la tanda se alargó fue porque Casilla siempre hace de las
suyas y paró dos penas a Lahm y a Kroos, que tampoco son cojos. Aunque con los
de Alaba, Mario Gomez y el del rubio con nombre impronunciable no pudo hacer
nada. Se terminó el asalto a la décima del Madrid.
El
Bayern mereció pasar porque el Madrid tampoco hizo lo que tenía que hacer, que
era golpear, golpear y golpear a base de goles(como hace con cualquier equipo
de la liga BBVA). Eso si, a pesar de que no soy merengue me da pena no ver
ningún equipo español en Munich peleando por la competición europea suprema.
Tanto
bombo con lo de los mejores equipos del mundo para ver como caen ante equipos
teoricamente inferiores. Sigo pensando que han pecado de soberbia, más que los
clubes los periodistas, porque vendían la final española antes de clasificarse
y eso, ante equipos como los que la jugarán de verdad, es imperdonable. De
todos modos, ¡enhorabuena a los justos vencedores!
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